
Dr. Luis Edgardo Figueroa Montes
Este «Día Mundial de la Salud», se celebra el 7 de abril. Esta 2025, se enfocará en una campaña con un año de duración sobre la salud de la madre y el recién nacido. En esta campaña titulada «Comienzos saludables, futuros esperanzadores», se exhortará a los gobiernos y a la comunidad de la salud, a intensificar los esfuerzos para poner fin a las muertes prevenibles de madres y recién nacidos, y a dar prioridad a la salud y el bienestar de las mujeres a largo plazo (1).
Ayudar a que todas las mujeres y recién nacidos sobrevivan y prosperen
Esta tarea es fundamental. Estimaciones actuales, mencionan que cada año pierden la vida cerca de 300,000 mujeres durante el embarazo o el parto, más de 2 millones de recién nacidos fallecen en su primer mes de vida y alrededor de 2 millones más nacen muertos. Estas cifras equivalen en promedio a una muerte prevenible cada siete segundos. (2).
Si las tendencias actuales se mantienen, 4 de cada 5 países seguirán estando lejos de alcanzar las metas de mejora de la supervivencia materna de aquí a 2030, y 1 de cada 3 no logrará las metas relativas a la reducción de la mortalidad neonatal. Son cifras alarmantes (2).
Dos mensajes principales:
Podemos poner fin a las muertes evitables de madres y recién nacidos: la OMS insta a redoblar los esfuerzos en todo el mundo para garantizar el acceso de las mujeres y los recién nacidos a una atención de alta calidad, sobre todo en los países más pobres, durante las emergencias humanitarias y en los lugares vulnerables, donde se concentra la mayoría de las muertes maternas y neonatales (3).
Más allá de la supervivencia, se necesita realizar inversiones importantes para mejorar la salud y el bienestar de las mujeres a largo plazo: en todo el mundo, las mujeres necesitan tener acceso a profesionales de la salud que atiendan sus preocupaciones y satisfagan sus necesidades, incluso en los meses posteriores al embarazo (3).
Mensajes para los responsables políticos:
Poner fin a la mortalidad prevenible
Alcanzar las metas: la experiencia adquirida en todo el mundo demuestra que se puede avanzar y poner fin a las muertes evitables de madres y recién nacidos. Estas inversiones no solo tienen que ver con la supervivencia, sino con ofrecer a las mujeres y a sus hijos un futuro más prometedor y esperanzador.
No dejar a nadie atrás: dada la alta concentración de muertes maternas y neonatales durante las emergencias humanitarias y en las situaciones de vulnerabilidad, será fundamental que las intervenciones generen el impacto deseado y se centren en estos contextos para reducir las muertes maternas y neonatales (3).
Inversiones con gran repercusión
Revisiones durante el embarazo: los servicios de asistencia prenatal de alta calidad, que incluyen al menos ocho controles prenatales por parte de un profesional de la salud cualificado y una ecografía temprana, son fundamentales para que todas las mujeres tengan un embarazo saludable, para reducir riesgos y para detectar posibles complicaciones. Se estima que el 15 % de las embarazadas sufren complicaciones mortales durante el embarazo o el parto.
Atención que salva vidas durante y después del parto: al menos el 70 % de las muertes maternas se deben a causas obstétricas directas, como las hemorragias y la preeclampsia. La mayor parte de estas defunciones y más del 40 % de los mortinatos ocurren durante el parto o el alumbramiento o poco después. Es imprescindible ofrecer atención de calidad a cargo de profesionales cualificados durante y después del parto, que incluya servicios de emergencias vitales en caso de complicaciones peligrosas.
Atender las causas indirectas: las enfermedades infecciosas y las afecciones de salud preexistentes, como la anemia, la infección por el VIH/sida, el paludismo y la diabetes, causan casi una cuarta parte de la mortalidad materna. Es indispensable mejorar la atención, la prevención y la detección temprana de estas afecciones que complican los embarazos y aumentan los riesgos para millones de personas en todo el mundo.
Atención inmediata al recién nacido: las muertes de recién nacidos representan casi el 50 % de las defunciones de niños menores de cinco años en el mundo, lo que equivale a 2,4 millones de vidas perdidas cada año. Todos los bebés requieren atención básica al nacer y durante su primer mes de vida, lo que incluye el apoyo a la lactancia materna, para que estén protegidos de infecciones, puedan respirar con normalidad y estén cómodos y bien alimentados.
Mensajes para la población en general:
Hay muchas formas de colaborar y contribuir a mejorar la salud de las madres:
- Ayude a concienciar: divulgue información sobre la campaña con las etiquetas #FuturosEsperanzadores (#HopefulFutures) y #SaludParaTodos (#HealthForAll).
- Participe: asista a nuestros eventos mundiales para informarse sobre lo que se necesita para poner fin a la mortalidad materna y neonatal.
- Done: haga aportaciones a la WHO Foundation, que apoya la labor de la OMS de proteger a las madres y los recién nacidos en países de todo el mundo.
- Cuente vivencias personales: haga a los demás partícipes de sus experiencias sobre el embarazo y el parto y dé las gracias a quienes prestan una atención de calidad.
- Si conoce a alguien que está embarazada o que acaba de tener un bebé, hay muchas formas de ayudar y brindar apoyo: estar pendiente de ella, prestarle apoyo si lo necesita y ofrecerle comprensión y consuelo.
En conclusión «El Día Mundial de la Salud 2025» nos recuerda que garantizar «Comienzos saludables, futuros esperanzadores» no es solo un eslogan, sino una responsabilidad global. Cada madre y cada recién nacido merecen una atención de calidad que no solo les permita sobrevivir, sino prosperar. Las cifras actuales nos demuestran que aún queda un largo camino por recorrer, pero también nos motivan a actuar con urgencia y determinación.
Y en tu país ¿Cómo van las cifras de la mortalidad materna y de los recién nacidos?
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